Año nuevo, costilla nueva; eso es justamente lo que debe estar celebrando Ivaylo Josifov, un joven búlgaro de 35 años, el cual se convirtió en uno de los primeros pacientes del mundo en recibir un implante oseo impreso en 3D usando un procedimiento quirúrgico que promete revolucionar la medicina en los años que vienen.
El procedimiento medico se realizó con éxito el pasado 27 de diciembre, en el cual Ivaylo recibió una nueva costilla impresa en 3D, usando la tecnología desarrollada por 3DGence, en un un proceso llamado modelado por deposición fundida (FDM), que es más barato en costos y materiales que el uso de prótesis de titanio o similares.
“El paciente Ivaylo Josifov se le diagnosticó una deformación de la costilla. A los médicos les preocupaba que la deformidad pudiera progresar y decidieron reemplazar la costilla con un implante. Desafortunadamente, los implantes tradicionales hechos de titanio, por ejemplo, son muy caros, y el mismo en sí no es un material perfecto para reemplazar las costillas”. dijo a Digital Trends Mateusz Sidorowicz, director de marketing de 3DGence, la compañía que desarrolló la impresora 3D.
El material utilizado para imprimir la costilla de Ivaylo se llama Nylon 680, y ha sido aprobado por la FDA de los Estados Unidos por ser capaz de resistir las altas temperaturas que se requieren para la eterización, y además por contar con las propiedades mecánicas necesarias para comportarse como una costilla real.
La costilla impresa en 3D fue creada específicamente para Ivaylo, en menos de 24 horas, realizando un escaneo de su caja torácica. Según informó Sidorowicz, todo el costo de fabricación incluyendo materiales, manos de obra y uso de la impresora no superó los €100 euros lo cual está muy por debajo del costo de un implante de titanio.
Según profesor Minchev, jefe del Departamento de Cirugía Cardiotorácica del Hospital Tokuda, este tipo de procedimientos abren toda una nueva era en materia de reconstrucción de tejidos óseos en pacientes con tumores que requieren extracciones o incluso en aquellos que han sufrido fracturas, aunque puede que aun estemos a varios años de ver la masificación de este tipo de procedimientos.
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