La conciencia o capacidad que tenemos los humanos de reconocer nuestra propia existencia y de imaginarnos a nosotros mismos, es una de las cualidades que nos separa de los robots que nosotros conocemos, de aquellos que vemos en las películas ce ciencia ficción.
No obstante, hay un grupo de ingenieros de la universidad de Columbia, que afirman estar mucho mas cerca que antes de la creación de una conciencia artificial, al haber sido capaces de desarrollar un robot capaz de imaginarse a si mismo, y de realizar tareas complejas gracias a sus propias simulaciones internas, y no a algoritmos predefinidos con instrucciones y secuencias escritas por sus creadores, como usualmente ocurre con la mayoría de los robots.
“Hasta ahora, los robots han operado siguiendo un modelo explícitamente diseñado por un humano. Pero si queremos que los robots se vuelvan independientes, para adaptarse rápidamente a escenarios imprevistos por sus creadores, es esencial que aprendan a simularse a si mimos”, Comentó Hod Lipson, profesor de ingeniería mecánica y director del laboratorio de Máquinas Creativas, de la universidad de Columbia.
El nacimiento de la conciencia artificial
Para probar su teoría, los ingenieros usaron un brazo robótico, el cual al inicio del experimento no sabía nada de sí mismo, ni su forma, ni sus capacidades. Luego de un periodo de “meditación” de unas 35 horas, donde el robot de forma rudimentaria fue armando un modelo de su propia forma y movimientos posibles, logró a armar un modelo de si mismo bastante preciso con solo cuatro centímetros de diferencia frente a sus medidas reales.
Una vez que el robot podía imaginarse a si mismo, se le dio una tarea en la que debía mover un objeto de un lado a otro de forma repetitiva. Gracias a sus propias simulaciones internas, el robot podía imaginar sus propios movimientos antes de realizarlos, perfeccionando en cada intento sus movimientos reales hasta que finalmente logró realizar la tarea de forma perfecta y sin la necesidad de instrucciones por parte de sus creadores.
Para complicar las cosas, los investigadores incluso cambiaron una parte del cuerpo del robot para hacerlo deforme frente a su forma original, y así simular por ejemplo una avería en una de sus piezas, lo que resultó en una adaptación muy rápida del modelo interno del robot, afectando muy poco su desempeño. Algo que hubiera sido prácticamente imposible con in robot tradicional que solo sigue instrucciones.
Aunque sus creadores son conscientes de que este modelo de conciencia artificial es bastante rudimentario en comparación con lo que hacemos los humanos, advierten que abre las puertas a una nueva era en la robótica donde incluso advierten que van a nacer nuevas consideraciones éticas de por medio: “La autoconciencia conducirá a sistemas más resistentes y adaptativos, pero también implica cierta pérdida de control. Es una tecnología poderosa, pero debe manejarse con cuidado“.
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