En 2012 el Voyager 1 alcanzó un hito sin precedentes en la investigación espacial, al alcanzar la heliopausa, el umbral de nuestro sistema solar, donde termina la heliosfera, una burbuja formada por los campos magnéticos y plasma que rodea al Sol. Hoy lunes, la NASA ha confirmado que el Voyager 2 a alcanzado también esta región, convirtiéndose en la segunda nave construida por el hombre en abandonar el sistema solar.
A bordo del Voyager 2 existe in instrumento dedicado a medir el viento solar, el cual dentro de la heliosfera puede detectar las partículas de plasma altamente cargadas que provienen del Sol. Pero a partir del 5 de noviembre, este instrumento dejó de medirlas, para comenzar posteriormente a detectar partículas subatómicas de alta velocidad, conocidas como rayos cósmicos, los cuales son un indicativo de que la nave había llegado a la heliopausa.
“Para mí, este es un momento extremadamente emocionante para la historia de la exploración espacial, antes Podíamos mirar a las galaxias a través de la lente nublada de nuestra heliosfera, pero ahora podemos dar un paso fuera con las Voyager”. dijo en una conferencia de prensa Georgia Denolfo, astrofísicade la NASA.
Ambas Voyager fueron lanzadas al espacio en 1977, y en su larga travesía de ya 41 años, la Voyager 2 fue la nave designada para realizar el recorrido más largo por dentro de nuestro sistema solar, y es por ello que solo hasta ahora seis años después que su nave compañera, está dejando el sistema solar.
La NASA espera que la misión Voyager alcance los 50 años
Se espera que los sistemas a bordo de ambas naves tengan energía suficiente para trabajar al menos otros cinco a diez años, y desde ya son consideradas como el proyecto de la NASA de mayor duración, con una fecha estimada del final de su vida útil para 2027.
Lamentablemente tanto la Voyager 1 como su hermana Voyager 2 no van a tener energía suficiente para el camino que aún les queda para salir por completo del sistema solar, pues la NASA ha estimado que les tomaría al menos otros 300 años para llegar a la Nube de Oort, una colección de objetos, incluidos cometas, que orbitan alrededor del Sol más allá de Plutón, considerados como la primera frontera, y al menos otros 30.000 años para dejar por completo el sistema solar.
Preparadas para el largo viaje que podría tomar varios años luz hasta la próxima estrella más cercana, ambas naves portan en su interior un disco de oro con imágenes y sonidos de la tierra, con la esperanza de que alguna civilización extraterrestre pueda obtenerlos, y conocer cómo era la vida en nuestro planeta en 1977, así como la ubicación exacta de nuestro sistema solar, por si quieran ir a visitarnos.
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